Pilar Espina Directora GeneralADELMA

"El listado de productos viricidas continúa marcando las preocupaciones de nuestro sector"

Pilar Espina ADELMA.

La directora general de ADELMA, que ha estado en permanente contacto con la revista, nos relataba durante el estado de alarma, y los peores momentos de la crisis sanitaria, el escenario en el que se encontraban las empresas y profesionales del ámbito de la detergencia en nuestro país. Inmersos en la ‘vuelta a la normalidad’ comparte con nuestros lectores las incertidumbres y buenas prácticas de una industria que ha tenido que adaptarse para asumir este reto y seguir abasteciendo a los profesionales y a la ciudadanía en la lucha contra la pandemia.

Desde nuestra última conversación, hace ahora un mes, en la que abordamos la situación de las empresas fabricantes de productos desinfectantes en España, ¿cómo ha evolucionado la situación? ¿El Ministerio de Sanidad ha incluido nuevos productos a la lista de viricidas? ¿Ha cambiado en algo la previsión de la asociación respecto al posible desabastecimiento de productos?

La situación no ha variado en exceso, aunque sí es verdad que en las últimas actualizaciones (desde mediados del mes de mayo) han aumentado en mayor medida las referencias contenidas en el listado. No obstante, no se puede asegurar que sean suficientes para responder adecuadamente a las necesidades requeridas en la desescalada, es decir, para la apertura de restaurantes, centros comerciales, etc., no tanto por el número de productos en sí sino porque no se ajustan debidamente a las especificaciones propias de las limpiezas del sector industrial y profesional. Por ejemplo, el listado puede no incluir (o de manera insuficiente) productos de uso profesional o especializado (que son los determinados por el análisis de puntos críticos para utilizar en una determinada industria alimentaria), teniendo que escoger entonces otro del listado que puede que no cumpla todos los requisitos o, incluso, que sea un producto de uso doméstico.

En definitiva, el listado de productos viricidas continúa marcando las preocupaciones de nuestro sector, tanto por el número de referencias incluidas como por la incertidumbre de la disponibilidad real de unidades detrás de esas referencias, para dar una respuesta apropiada y proporcional a la demanda de la nueva realidad que se tiene por delante.

¿Cómo afronta este tejido industrial, en nuestro país, la desescalada y los próximos meses?

Nuestro sector, como ha venido haciendo desde el inicio de la pandemia, tiene que ir adaptando la producción no solo en volumen sino también en la categoría de productos a fabricar en función de la variación de la demanda que se produce en cada momento. Debe destacarse que al principio los desinfectantes de manos eran la máxima prioridad junto con los de superficies para el ámbito hospitalario pero, a medida que transcurrieron las semanas, fue creciendo la relevancia de otros limpiadores y desinfectantes para superficies de diversos espacios e instalaciones, así como para la limpieza y desinfección de tejidos.

En general, una vez que la situación se vaya normalizando, creemos que las tendencias de consumo se aproximarán a las anteriores al Covid19, aunque, eso sí, muy probablemente con una mayor atención a la limpieza y la desinfección de superficies en posible contacto con el virus.

¿Cuáles son los principales problemas (incertidumbres) que se plantean a largo plazo?

Realmente nuestro sector no ha dejado de fabricar, lo que sí ha ocurrido como he dicho anteriormente, es que la producción ha ido modificándose en función de las necesidades que marcaba la emergencia en cada momento.

Consecuentemente con lo anterior, las dificultades de abastecimiento han ido variando de materias primas en función de la formulación más demandada en cada etapa. Al principio se focalizaron en alcoholes isopropanol y etanol, pasando después a los amonios, como por ejemplo el cloruro de benzalconio por nombrar uno, o el digluconato de clorhexidina, etc.

Asimismo, en relación con los productos desinfectantes, se están detectando problemas con la disponibilidad de envases de plástico para los mismos.

Como expertos en la materia, ¿qué recomendaciones en el uso de los productos y las técnicas de limpieza y desinfección, que se van a emplear como medidas para la ‘vuelta a la normalidad’, querría hacer?

Queremos hacer hincapié en que se deben seguir las pautas de las autoridades sanitarias, de los profesionales y, por supuesto, de los fabricantes de los productos, ya que son ellos los que mejor conocen cómo y dónde desarrollan la máxima eficacia dichos productos.

¿Qué productos/principios activos son los más adecuados para limpiar y desinfectar espacios y superficies?

No se puede dar una regla general ya que, en función de cada escenario (tipo de bacteria o virus presente, nivel de exposición, presencia o no de personas, materiales en contacto, etc.,) se requerirá un determinado procedimiento de limpieza o de limpieza y desinfección, así como los correspondientes productos de limpieza específicos y, en otros casos, aquellos desinfectantes que sean eficaces ante lo que se necesite eliminar.

Los productos de limpieza y desinfección deben utilizarse de forma segura de acuerdo con las instrucciones del fabricante, con las debidas medidas de protección y debidamente almacenados

Teniendo en cuenta lo anterior, máxime al tratarse de la situación actual y de un virus desconocido hasta este momento, lo más sensato y prudente que podemos recomendar es dirigirse a las pautas que las autoridades sanitarias están recomendando para limpiar y desinfectar apropiadamente las diferentes instalaciones o escenarios, tales como la desinfección humana, así como los productos autorizados para ello. Esta información está en constante actualización.

¿Cómo ha respondido el sector de los químicos ante la situación producida por el Covid19 en los meses de crisis sanitaria?

Desde las primeras noticias, el sector mostró su total colaboración con las autoridades para cubrir las necesidades de suministro para la población y, sobre todo, para los servicios médicos, tanto directamente en hospitales como en los servicios de apoyo a los mismos. De hecho, se han llevado a cabo modificaciones en las líneas de producción, bien sea para aumentar su producción aquellas empresas que ya los estaban fabricando bien sea para modificarla, de tal manera que se pudiesen empezar a fabricar productos que hasta ese momento no se estaban haciendo. Por otro lado, también se tuvo que buscar otras alternativas ante las condiciones en las que se fabrican y comercializan los productos desinfectantes, ya que debe tenerse en cuenta que estos no pueden empezar a fabricarse si no tienen previamente la debida autorización del Ministerio de Sanidad y eso es un proceso que lleva su tiempo, no se puede hacer en horas, ni tampoco se puede modificar la formulación de un producto registrado si no es con la correspondiente autorización del Ministerio de Sanidad. Un proceso de autorización de un producto biocida oscila entre 1,5 a 5 años en función del tipo de autorización y si se trata de un registro nacional (plaguicidas) o europeo (biocidas).

Por este motivo está siendo un periodo muy convulso para las empresas, la asociación y las autoridades, ya que son necesarias muchas horas de diálogo para poder conseguir el mejor entendimiento entre todas las partes. Además, en varias ocasiones la incertidumbre en muchos requisitos de los procedimientos a cumplimentar por las empresas está presente a veces en todas las partes, por lo que no es tan fácil dar una respuesta.

¿Querría compartir con nosotros algún caso de éxito o iniciativa que aporte valor y pueda servir en esta complicada situación?

Como he comentado en alguna de las respuestas anteriores, de la necesidad de buscar fuentes alternativas para paliar el desabastecimiento surgió, de la estrecha mano de FEIQUE, la posibilidad de sustituir el etanol por bioetanol para cubrir la demanda. Así se inició una colaboración entre todas las partes implicadas (Administración, FEIQUE, ADELMA, VERTEX) que dio como resultado la autorización, con carácter excepcional, del uso del bioetanol como alcohol alternativo para la fabricación de productos desinfectantes para manos y superficies (PT1, PT2 y PT4).

Cabe resaltar el siguiente extracto de la nota de prensa de FEIQUE porque creo que sintetiza muy bien su importancia y lo que supone para distintos sectores: “Ante la falta de alcoholes como son el etanol y el isopropanol, que prácticamente no se producen en España y cuya disponibilidad en el mercado internacional es casi nula por la elevada demanda global, el sector químico ha trabajado intensamente desde el inicio del estado de alarma en el bioetanol como alternativa, un producto que se obtiene a partir de la fermentación de diferentes materias primas. Se trata, además, de un producto del cual España tiene una capacidad instalada superior a 500.000 toneladas anuales de las cuales un 30% pueden destinarse a uso sanitario, lo que supondría disponer de 285 millones de litros de geles hidroalcohólicos y desinfectantes.

La relevancia de la autorización del bioetanol como alcohol alternativo radica no solo en permitir fabricar y abastecer de estos productos desinfectantes y virucidas, sino en que permitirá liberar etanol e isopropanol para la producción de otros tipos de limpiadores, productos farmacéuticos, tintas de imprimir, disolventes y otros que se encontraban con dificultades de abastecimiento y para los que el bioetanol no es la solución más adecuada.”

Me gustaría hacer hincapié y poner en valor una vez más que la limpieza, la higiene y la desinfección son una pieza clave y esencial en la salud humana, en el entorno privado, en el sector institucional e industrial y, en definitiva, en la salud pública, como es incuestionable en estas duras circunstancias, pero no debemos olvidar que siempre es fundamental aunque no tan vital como en estos momentos.

No quiero dejar de resaltar que los productos de limpieza y desinfección deben utilizarse de forma segura de acuerdo con las instrucciones del fabricante, con las debidas medidas de protección y debidamente almacenados (detalladas en la etiqueta o/y en la ficha de datos de seguridad, en el caso de los productos de uso profesional e industrial). ¡No se deben mezclar productos de limpieza!