Limpiezas 147

Limpie Z as / Mayo-Junio 2020 70 con Firma Vergüenzas tapadas (algunas) y dimisiones que deberían producirse desconocidos, y en otras se intuyen pero no se quieren admitir, al menos pública- mente. Así, la DGSP, y su responsable, Co- vadonga Caballo, han reaccionado a nuestro entender con un notable alto a las exigencias de esta crisis. Se han habilitado procedimientos expres para autorización temporal de sustancias y productos necesarios para un mercado desabastecido. Se ha priorizado el regis- tro de productos con actividad virucida frente a otros sin los ensayos pertinen- tes que demostraban esta actividad. La repuesta a preguntas e interpelaciones, siempre por correo electrónico, o con publicaciones y comunicados del mI- nisterio correspondiente sobre temas candentes de actualidad y nuevos, que se ponían sobre la mesa, ha sido mu- cho más que aceptable en un servicio acostumbrado a reaccionar lentamente siempre. Un notable alto, que si tenemos en cuenta de dónde venimos, un servicio lento (dos años para un registro senci- llo), poco cercano al ciudadano (solo consultas los martes) y sin capacidad de decisión muchas veces (no sabe no contesta), porque la aparición de le- gislación le supera, se convertiría casi en matrícula de honor. Por ello, hemos dado la enhorabuena y alentado a las personas que atienden este servicio en todas las ocasiones que hemos tenido oportunidad. A ver si sirve de ejemplo y el ministerio correspondiente dedica más recursos a la Subdirección General. Otra historia bien distinta es la AEMPS, la que conocemos todos como Agencia del Medicamento. Los que he definido en más de una ocasión ya como ‘taliba- nes’ del sector. Y cuando digo los ‘taliba- nes’ tengo en la mente a aquellos que en virtud de su ideología son capaces de destruir las obras escultóricas realizadas hace miles de años por sus ancestros. Unos fanáticos y salvajes. Ésa es la ima- gen que para nosotros tramite la cas- posa, inmovilista, reaccionaria y elitista Agencia del Medicamento. Desconocemos la actividad de la agencia en lo que se refiere a la indus- tria farmacéutica. Ni nos incumbe ese mundo, ni entramos en la valoración de su acción en ésa, que entendemos debe ser su misión más importante. Pero en lo que conocemos, en lo que se refiere a lo que atañe a las pequeñas empresas fa- bricantes de antisépticos, cosméticos y biocidas, no podemos más que calificar a la agencia con los graves epítetos que acabo de utilizar. H ace unas semanas nos quejábamos en la pren- sa especializada, con un artículo que titulábamos “Vergüenzas al descubierto”, de las ba- rreras que para registrar y poder comer- cializar debidamente un producto desin- fectante, hay en nuestro país. Pedíamos tanto a la Agencia del Medi- camento y Productos Sanitarios (AEMPS) como a la Dirección General de Salud Pública (DGSP) que reaccionaran ante la pandemia y que, ya de paso, se reestu- diara todo el sistema europeo de registro de biocidas al que nos vemos abocados irremediablemente, y que actúa, decía- mos, como perfecta ‘arma de destruc- ción masiva’ para las más pequeñas empresas y empresarios del sector. Recordando en solo dos líneas el tema, nos quejábamos, por ejemplo, de que en España, y no en otros países de Europa, se exigen unas autorizacio- nes a la empresa (ROESB – inscripción en el Registro Oficial de Establecimien- tos y Servicios Biocidas, o en la AEMPS –inscripción como fabricantes de cos- méticos o antisépticos-) que en el resto de Europa no son necesarias. Se da la incongruencia, por ejemplo, de que un fabricante de cosméticos español, con una instalación en España, puede ven- der sus productos en la UE (sí, en la UE, Alemania, Francia, Italia...) sin más auto- rizaciones que la simple comunicación de sus productos al Portal Europeo de Notificación de Productos, pero no pue- de venderlos en nuestro país. Al igual que en otros muchos frentes, esta crisis ha permitido ver quién ama a sus ciudadanos y quién se mueve por otros intereses que en ocasiones son Pedro Rodríguez*

RkJQdWJsaXNoZXIy ODM4MTc1