Recomendaciones para que la legionela no te chafe el verano

Legionela
EZSA Sanidad Ambiental

En verano estamos en continuo contacto con diversos focos de peligro como depósitos de agua, equipos de refrigeración, humidificadores, sistemas de riego y piscinas. De hecho, todos estos sistemas se pueden convertir en un caldo de cultivo perfecto para la aparición de la legionela. Así lo pone de manifiesto la empresa EZSA Sanidad Ambiental, que alerta de la necesidad de no bajar la guardia durante los meses estivales.

La legionelosis es una enfermedad que se contrae a través de las vías respiratorias por inhalación de aerosoles. Estos se forman a partir de pequeñas gotas que pueden generarse al pulverizar el agua o insuflar burbujas de aire a través del agua. Y se puede manifestar como una infección pulmonar caracterizada por una neumonía con fiebre alta o bien como un síndrome febril agudo de pronóstico leve.

En este sentido, y teniendo en cuenta que la bacteria se transmite por inhalación de microgotas, las mascarillas que nos acompañan desde el inicio de la pandemia son también una buena medida para reducir los contagios por legionela.

Limpieza y mantenimiento, las mejores armas frente a la legionela

Junto con la anterior, la limpieza y el mantenimiento también son unas buenas armas de defensa. Hay que recordar que la legionela es una bacteria cuyo hábitat es el agua, por lo que se encuentra de forma natural en ambientes acuáticos. De ahí puede pasar a los sistemas de distribución y colonizar redes de abastecimiento de edificios, equipos de refrigeración, depósitos, etc. Su crecimiento bacteriano se da en temperaturas de entre 20º y 45º, siendo óptima para su proliferación y desarrollo entre 35º y 37º. Por tanto, es importante también saber el origen del agua de la que se nutren estos sistemas. Si es de un grifo, el riesgo es más limitado que si viene de un pozo o aljibe, puesto que ya viene tratada.

“El tratamiento más utilizado para evitar la aparición de la bacteria es el uso de biocidas, principalmente el cloro, aunque existen otros métodos como el bromo, el ozono o la luz ultravioleta”, afirma Ignacio Santamarta responsable de desarrollo I+D de EZSA. El directivo, además, recalca la importancia de que cualquiera de estos tratamientos se lleve a cabo durante todo el año. “Mantener un correcto nivel de biocidas permanentes reducirá las posibilidades de proliferación de la bacteria cuando, en verano, se den las condiciones ideales para su propagación”, confirma.

Por todo esto, la empresa recomienda recurrir a empresas especializadas para mantener una limpieza y tratamiento adecuado de todos los sistemas de almacenamiento de agua. Y aunque esto se debe realizar durante todo el año, es especialmente importante en verano.

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