Miguel Ángel Sánchez Director GeneralAlcora salud ambiental

"En España, 3.300 personas al año fallecen debido a enfermedades contraídas en espacios sanitarios"

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Las enfermedades contraídas por las ‘contaminaciones cruzadas’ y el incremento continuado de la resistencia de las bacterias a los antibióticos y tratamientos convierten la necesidad de encontrar soluciones a estas dos cuestiones en un problema de primer orden a nivel mundial. El cobre antimicrobiano “es un método sencillo, económico y altamente eficaz”, según Miguel Ángel Sánchez, capaz de evitar hasta el 58% de las infecciones nosocomiales, implantando láminas de cobre a determinadas superficies en lugares claves de instalaciones sanitarias.

Para hablar sobre las enfermedades contraídas en hospitales y el papel tan importante que juega el sector de la limpieza profesional entrevistamos a Miguel Ángel Sánchez, director General de Alcora salud ambiental.

¿Puede explicarnos cuál es el riesgo real existente en la sanidad mundial respecto a las enfermedades nosocomiales? ¿Qué problemática mundial existe?

Las enfermedades contraídas en hospitales y la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos son dos de las mayores amenazas globales para la población mundial. De hecho, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se ha advertido de que, de no tomar las medidas adecuadas, las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria podrían llegar a erigirse como la principal causa de muerte en todo el mundo en apenas tres décadas, incluso por delante de enfermedades tan graves y temidas como el cáncer.

En España, por ejemplo, se calcula que en torno a 3.300 personas al año fallecen debido a enfermedades contraídas en espacios sanitarios y más de 200.000 caen enfermas por esta misma razón, permaneciendo una media de 10 días más hospitalizados; por no hablar de los riesgos que esta infección puede añadirle a la enfermedad de base que motivó su ingreso. Estas cifras ponen el foco en lo fundamental, que son las importantes consecuencias sobre la salud de las personas, pero también en el coste directo y añadido que suponen para el sistema público de salud que, en el caso de nuestro país, supera anualmente los 800 millones de euros.

De forma paralela a esta realidad, no hay que descuidar el hecho de que muchas de estas bacterias presentes en hospitales se están haciendo multirresistentes y su potente ataque es cada vez más ajeno a la acción de los antibióticos actuales. Un problema de primer orden a nivel mundial para cuya solución se están realizando importantes inversiones desde distintos ámbitos.

¿Por qué se producen este tipo de ‘contaminaciones cruzadas’? ¿Qué protocolos se desarrollan en la actualidad en los centros sanitarios y qué grado de eficacia tiene?

Las contaminaciones cruzadas son totalmente habituales en un entorno como los hospitales. Para empezar, las manos constituyen una de las principales transmisoras de gérmenes. En este caso, su lavado con alcohol o agua y jabón suponen un avance. Sin embargo, el tiempo de actuación de esta medida de prevención apenas llega al minuto. Por otro lado, los teclados de los ordenadores son otro reservorio de patógenos especialmente peligroso, sobre todo en los espacios entre teclas; al igual que los equipos de diagnóstico, por ejemplo. Soportes en definitiva que reciben el contacto del personal sanitario que se mueve y se encuentra expuesto a los distintos gérmenes que se encuentran en las instalaciones hospitalarias.

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Por otro lado, también hay un grave problema con las resistencias a los antibióticos. ¿Qué relación tiene esta problemática con las enfermedades nosocomiales?

Como comentaba anteriormente, ambas problemáticas van de la mano al estar estrechamente relacionadas. Y es que, al mismo tiempo que las enfermedades nosocomiales se están convirtiendo en un problema de primer orden en todo el mundo, provocadas fundamentalmente por bacterias muy resistentes, este problema se agrava aún más por el hecho de que los antibióticos con los que contamos en la actualidad cada vez tienen un menor efecto con respecto a este tipo de ‘super bacterias’. Se están destinando muchos recursos a la investigación en este sentido, pero con resultados poco fructíferos. Sin ir más lejos, la Comisión Europea ya invirtió hace algunos años una partida de más de 1.000 millones de euros para desarrollar nuevos antibióticos que luchen contra estos patógenos multirresistentes que se encuentran fundamentalmente en hospitales. Los resultados de estas investigaciones han sido prácticamente nulos. Es muy importante que rememos todos en la misma dirección, que se refuercen las medidas de colaboración y coordinación entre los distintos profesionales y que armemos así un programa sólido para combatir un problema ya de primer orden a día de hoy, pero cuyo riesgo puede incrementarse progresivamente si no ponemos las medidas oportunas.

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