Procesos más limpios, eficientes y sostenibles en la lavandería profesional

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Redacción

En enero de 2021 celebrábamos en streaming una jornada dedicada a la desinfección en lavandería textil. Queríamos conocer de primera mano cómo se estaba enfrentando este sector a las circunstancias marcadas por la crisis sanitaria producida por el Covid 19.

Todas las ponencias de aquella jornada las siguen teniendo disponibles en nuestro canal audiovisual alojado en la web de la revista Limpiezas.

La jornada que se desarrolló en horario matutino contó con la participación de profesionales del ámbito de la lavandería hospitalaria, lavandería hostelera y fabricantes de productos de lavandería.

El sector de la lavandería profesional es clave en ámbitos como el sanitario o asistencial, por ello afrontar los retos que suponía el Covid 19 para estos usuarios cobrada una gran importancia.

La pandemia hizo que el sector de la lavandería incidiera sobre todo en la desinfección pero sin olvidarse de la sostenibilidad, que en este ámbito pasa por la circularidad en el proceso, pero también por productos certificados con las etiquetas medioambientales existentes en España u otros países.

Durante estos meses de pandemia, las empresas fabricantes de productos de lavandería incidieron en abordar estos dos asuntos: desinfección y sostenibilidad, sobre todo, en el ámbito hospitalario donde la desinfección es mucho más que un requisito.

Las compañías del sector han apostado por ofrecer a las lavanderías productos químicos, sistemas de dosificación o programas con tecnología disruptiva, que aseguran que el proceso de lavado atiende correctamente a la desinfección, pues el Covid19 arrojó luz sobre un hecho: hay residuos invisibles que deben ser tenidos en cuenta, como son los virus y las bacterias.

De esta manera el sector sigue investigando en métodos que aborden esta cuestión, siendo a la vez mucho más productivos y eficientes energéticamente hablando. Antonio Piñero Hernández de Limpiezas Antisa S.L., explica que “en nuestra lavandería, y creo que en general, siempre se han usado programas de lavado con temperaturas y químicos para higienizar y desinfectar el textil, como el peróxido de hidrógeno, ácido peracético y cloro, según el tipo de ropa. También nuestro personal ya hacía uso de guantes, mascarillas y gel hidroalcohólico al contacto con la ropa sucia. En cambio, con la pandemia, se han incrementado las medidas de seguridad en cuanto a limpieza de superficies con producto viricida y la distancia de seguridad entre el personal”, para protegerlo. Éste fue otro de los puntos destacados en aquella jornada, la seguridad del propio personal, para evitar los contagios.

En la lavandería profesional la recepción de la ropa sucia y la segregación de ésta son los momentos en los que el personal está más expuesto, por eso los protocolos bien planteados en esos momentos eran fundamentales. En el sector, además, existen soluciones que permiten evitar al máximo el contacto de los trabajadores con la ropa sucia o en otros puntos críticos del proceso.

Ahora que parece que nos encaminamos hacia la normalidad, Lucía del Mazo, técnico de Explotación de Telelavo, nos comenta que “a escala social, la gran mayoría de los protocolos permanecen, tales como las distancias de seguridad y la necesidad de desinfección absoluta de todas las prendas. Si bien muchas de estas medidas de desinfección ya existían, es probable que se queden ya dentro de nuestro funcionamiento. En nuestro caso, los protocolos de Telelavo han continuado siendo los mismos, ya que desde un primer momento adoptamos las medidas completas de seguridad e higiene que posteriormente se extendieron con el Covid, tales como el empleo de guantes o el uso habitual de oxígeno activo para garantizar la desinfección completa de todo el textil”.

Asimismo, el sector ha visto un incremento de su trabajo, ya que la sociedad ha entendido la importancia de que los textiles, ya sean sábanas, toallas o uniformes estén no solo limpios sino también desinfectados.

Procesos eficientes, lavandería profesional

Después de este periodo de crisis, el sector de la lavandería se encamina a seguir apostando por la tecnología disruptiva, que ayuda a mejorar procesos; la eficiencia se hace cada día más necesaria y la reducción de energía y la huella de carbono sin duda son una meta a alcanzar.

Las tecnologías que se van poniendo en el mercado para el sector suponen mejoras en la capacidad productiva, reducen la contaminación que se genera, al tiempo que la valorizan, minimizan los riesgos laborales y reducen los consumos de agua, químicos, energía, etc.

En la jornada de la que hablábamos al principio, se hizo hincapié en la importancia de diseñar el proceso, la lavandería como instalación, o de rediseñarlo acorde a los tiempos.

Acometer estas modificaciones en los procesos de lavado y limpieza de los textiles parte de, primero, analizar dónde están los puntos débiles, dónde hay que implementar las mejoras, para poder después tomar decisiones en base a reducción de vertidos y ahorro de recursos, por ejemplo.

La lavandería industrial ha ido innovando periodo tras periodo, la mejora de las máquinas es algo evidente. Se ha mejorado en el control de la velocidad de rotación del lavado, la detección automática de la carga, el ahorro energético o el uso de agua, entre otros.

Atendiendo a la eficiencia un punto a tener en cuenta es la optimización del tiempo del lavado, en el que entran en juego el centrifugado, el uso del agua fría y caliente. También la versatilidad de las lavadoras, su adaptación al tipo de ropa, contribuye a esta eficiencia. La clave es que podemos ahorrar cuidando del medio ambiente. En este sentido, hay que hacer, por último, una mención a la monitorización, lo que permite controlar todo el proceso de lavado y secado, y cuidar las máquinas, mejorando así su funcionamiento, logrando con todo procesos eficientes.

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