Narcís Serra.
Narcís Serra Director Nacional de Limpieza Grupo SIFU

La sostenibilidad, elemento transversal

sostenibilidad

No nos cansaremos de repetirlo: la sostenibilidad no es un término o actitud de moda, sino que forma parte desde siempre de una estrategia responsable de negocio, de una prestación de servicios en los que prima el respeto por la sociedad y todos sus miembros.

Somos una compañía que desde su nacimiento aboga por dotar de contenido y de propósito social a todo lo que hacemos, ya se trate de inclusión socio-laboral, negocios socialmente responsables, ética, etc., todo al servicio del cuidado de las personas. Y dentro de este cuidado integral, el respeto y la preservación del medio ambiente resultan fundamentales.

SIFU, como empresa responsable y comprometida con su entorno, y su división de Limpieza, en concreto, una de sus unidades de negocio más representativas, se halla en un permanente proceso de adecuación, certificación y actualización de protocolos y tecnología en una época de permanente cambio y gran competitividad. Y eso supone cuidar de todo.

La mencionada preservación del medio ambiente lo es no ya por la responsabilidad, que ha de ser inherente —de forma voluntaria o, en ocasiones, por imperativo legal— a todas las empresas, sino porque la sociedad ha interiorizado la necesidad de un cambio de rumbo, y eso se traduce en una demanda real de este tipo de prácticas a la hora de cuidar, en este caso, de la limpieza y desinfección de cualquier tipo de espacio, pero sobre todo espacios comunes o públicos. Las ofertas y licitaciones actuales incorporan en muchos casos esta exigencia, y no solo por una cuestión estética ante accionistas y clientes.

En un segmento tan sensible como el nuestro, hay múltiples acciones que llevar a cabo para salvaguardar el planeta, desde el inicio mismo de la planificación. En primer lugar, es necesario llevar a cabo una proyección real, estableciendo metas y objetivos formales respecto del volumen de compras realizadas a proveedores, también en el desempeño social o ambiental de la cadena de suministro, así como para lograr la eficiencia en todas las áreas de gestión ambiental, además de monitorizar y registrar todas estas acciones para que su posterior análisis ayude a su optimización.

La sostenibilidad empieza desde el minuto uno, por lo que también hay que optimizar todo el apartado de traslados y transportes de trabajadores, para reducir la huella de carbono que estos movimientos provocan. Es algo tan básico como hacer una adecuada planificación de rutas y visitas a clientes, especialmente en los equipos de ruta. Todo suma.

Además, antes de iniciar cualquier actividad que, como hemos visto, esté comprometida con el medio, tanto nuestros trabajadores como los empleados de las empresas clientes han de estar debidamente formados en una limpieza sostenible. Para ello, se procura formación especializada en sostenibilidad a toda la organización. Del mismo modo, SIFU es consciente de las peculiaridades de cada una de sus empresas tanto clientes como colaboradoras, y da prioridad a su compromiso ambiental, además de otros factores como la diversidad, la equidad y la inclusión, que son propios de la compañía desde su nacimiento hace más de treinta años.

Por supuesto, no solo hay que exigir, sino también aportar y convencer de nuestra apuesta por el planeta. Y para ello, nada mejor que nuestras certificaciones. SIFU dispone de la ISO 14001, que certifica nuestro respeto por el medio ambiente en cada actividad y servicio que realizamos; la ISO 45001 —gestión de la salud y la seguridad—; ISO 50001, que hace mención a la eficiencia energética, así como la SGE 21, que es la primera norma europea que permite implantar, auditar y certificar un sistema de gestión ética y socialmente responsable. También disponemos del Certificado de inscripción del registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de CO2 del  Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en los alcances 1+2+3.

Por otra parte, SIFU es pionera en lucir la EcoLabel, el sello comunitario que certifica la sostenibilidad de sus procesos, en este caso varios relativos al segmento de la limpieza profesional.

El bienestar de los trabajadores y el progreso de las empresas son claves para el desarrollo de la sociedad

Sostenibilidad, energías renovables

El día a día

Una vez iniciada la prestación de un servicio, justo da comienzo la puesta en marcha en lo estipulado al medio ambiente. Y esto, en primer lugar, para utilizar equipos eficientes, es decir, que gasten menos energía y optimicen el tiempo de empleo, generen menos residuos y no supongan costes añadidos de tiempo y energía.

En este sentido, por ejemplo, progresivamente se está sustituyendo la maquinaria de combustible fósil, esencialmente gasóleo, por otras más avanzadas basadas en energía eléctrica, que a su vez generan menos contaminación acústica. Esto es singular por ejemplo en equipos de exteriores. Ahora, las nuevas generaciones de baterías, con mayor autonomía y mucho menos contaminantes, juegan a nuestro favor.

Además, como bien saben nuestros gestores de servicio, también resulta fundamental un cuidado mantenimiento preventivo de dichos equipos. La eficiencia garantiza rentabilidad espacio-energía y durabilidad, lo que reduce, a su vez, la generación de residuos y el gasto en reposición de producto. Todo está interconectado. Por supuesto, el conocimiento de la maquinaria y su mantenimiento resultan esenciales, lo que implica un esfuerzo extra de formación para el personal encargado de su manipulación.

Cuestión de producto

El producto utilizado en las distintas labores de limpieza y desinfección es una de las claves de una gestión sostenible. Por supuesto, que sean productos ecológicos, acordes a la normativa medioambiental tanto en lo que respecta al producto en sí como a los residuos que genera es básico. No obstante, no siempre resulta fácil, ya que algunos productos de gran poder desinfectante, por ejemplo, los empleados en el segmento sociosanitario, en ocasiones no son compatibles con el carácter ‘ecológico’. Aun así, las investigaciones están ofreciendo al mercado productos cada vez más respetuosos con el medio ambiente sin perder eficacia.

Además, apostamos en muchas ocasiones por producto concentrado, porque aporta una mayor eficiencia, puesto que aporta más producto con envases menores —menos residuos y menos volumen a la hora de transportarlo—. No obstante, ya sea convencional o concentrado, lo cierto es que es muy necesaria, y aquí entramos en el campo de la logística, una adecuada gestión del stock de producto, ya que minimiza el riesgo por envíos urgentes, evita sobre costes en productos con falta de disponibilidad y se evitan, por ejemplo, mayor número de residuos por caducidad de producto.

Y dentro de este producto, no solo cabe destacar el producto limpiador en sí, sino todo tipo de accesorios. Desde sistemas de plásticos sustituidos por madera, eliminación de dispensadores de un solo uso, utilización de papel reciclado o, por ejemplo, uso de microfibras, una herramienta que requiere menos agua y producto que el algodón —por tanto, que consigue un gran ahorro—, con una mayor durabilidad y con unos resultados antibacterianos probados más eficaces. Hasta el último detalle contribuye a una acción global sostenible. Son las partes de un todo.

Como se ha incidido, apostamos por la sostenibilidad, pero por el concepto global del término, pues un entorno bien cuidado que no tenga en cuenta a las personas no tiene sentido. Estas son un elemento esencial de ese equilibrio que, en definitiva, nos conduce a una sociedad más justa y, por tanto, mejor, y que no deja a nadie atrás con independencia de sus capacidades. Eso sí supone sostenibilidad.