Antonio Santos.
Antonio Santos Managing Director Cannon Hygiene

La evolución de la unidad higiénica en un mercado en crisis

Unidad higiénica.

Hace más de 50 años que fue inventado el sistema de “Unidad Higiénica” (contenedor aséptico para la recogida de compresas y tampones utilizados).

Siendo las compresas y tampones unos residuos que no se deshacen en contacto con el agua, era necesario que se comenzara a recoger por separado, respecto de otros residuos producidos en los aseos femeninos, porque este desperdicio causaba problemas en las tuberías y alcantarillados (atascos). Además permanecen durante mucho tiempo sin deshacerse en el mar, cuando son arrojados por la taza sanitaria.

También fue relevante para evitar los riesgos de salud pública, dado que es considerado un residuo con un elevado contenido potencial de microorganismos patógenos, y puede originar infecciones y malos olores en un aseo a sus usuarias.

Por otro lado, son residuos con características muy parecidas a algunos residuos clínicos con sangre: contienen un gran potencial de contaminación biológica, convirtiéndose en una preocupación efectiva su eliminación y tratamiento.

Así surgió la “Unidad Higiénica”, un contenedor que estaría presente en los aseos femeninos; que se pudiera higienizar (lavar y desinfectar), para la deposición exclusiva de las compresas y tampones, con un germicida en su interior capaz de realizar un tratamiento efectivo al residuo y con un servicio de cambio con una frecuencia cierta y adecuada a cada edificio, siendo destino final garantizado del residuo.

Por tanto, esta solución higiénica fue pensada teniendo en cuenta, esencialmente, la resolución de tres problemas:

  • Los atascos en las tuberías.
  • La contaminación e infecciones que se producían.
  • Los malos olores.

Fue una solución que funcionó, teniendo en cuenta la cantidad de productos que se encuentran en el mercado y que todavía hoy son necesarios.

Sin embargo, con la crisis de los últimos años en Europa, este servicio ha sufrido cambios derivados de la búsqueda de un menor coste, por parte de los propietarios de los establecimientos y edificios o responsables de las empresas del mantenimiento de los inmuebles.

¿Protegerá usted a las usuarias de los aseos de sus instalaciones con estas soluciones más económicas, existentes en el mercado? Muchos servicios que se ven en el mercado hoy día son solo “medias soluciones” que exponen a las usuarias de los aseos a riesgos de los que no son conscientes, pues los microorganismos no se ven.

Un servicio que no contenga un germicida adecuado, dentro del contenedor, estudiado, en exclusiva, para el tratamiento de estos residuos, no realiza un tratamiento eficaz, dejando que los microorganismos se desarrollen -en ocasiones durante más de un mes- sin control, no siendo ésta la solución al problema.

Con servicios así apenas estamos solucionando parte del asunto: los atascos, pues evita solo que el residuo no se tire por la taza. Si el residuo no recibe el tratamiento adecuado continuará el peor problema y el que nos debería preocupar más: la potencial contaminación y las infecciones. Sino realizamos un tratamiento eficaz sobre los microorganismos, continuaremos teniendo el problema del mal olor por efecto de la degradación de los residuos.

No es cualquier producto desinfectante el que puede ser un buen producto para una unidad higiénica, para el tratamiento de un residuo tan específico, con características tan propias y con un potencial de contaminación tan elevado.

Para una solución completa y realmente eficaz es necesario un germicida fabricado especialmente para esta problemática, que no es fácil de solucionar y parece no haber otra igual.

Una buena solución tendrá que tener un germicida que:

  1. Pueda tratar eficazmente los microorganismos que puedan aparecer en estos residuos de higiene femenina.
  2. Los pueda tratar en una cantidad que sea suficiente para que lo que quede en el interior de la unidad higiénica no cause cualquier contaminación a quien utiliza estos aseos y edificios, debiendo hacer ese tratamiento en su interior y durante el ciclo del servicio, que deberá ser de un mes como máximo.
  3. Debe tratar las bacterias, virus y hongos que pueden surgir en estos residuos: Hepatitis B y C; Staphylococcus aureus; Cándida albicans; Neisseria gonorrhoeae; Herpes simplex; entre otros…, microorganismos que, después de realizar distintos análisis, sabemos que pueden aparecer.

Tras realizar análisis en contenedores de recogida de compresas y tampones, que se usan con normalidad, sabemos que la evolución de los microorganismos es muy grande y puede llegar a los 1.000.000.000 de microorganismos, por gramo de residuos, en apenas 4 horas, como podemos ver en la figura 1.

Unidad higiénica.
Figura 1. Evolución de los microorganismos en un contenedor de compresas y tampones sin tratamiento.

Con esta realidad y para que los niveles puedan estar por debajo de lo que llamamos “la dosis de infección” -que es representada por el número de microorganismos que pueden infectar el cuerpo humano-, sabemos que solamente un germicida con una eficacia de 99,999% en la eliminación de los microorganismos podrá ser una buena solución para el correcto tratamiento de estos residuos, y así poder garantizar la seguridad de la salud pública de las personas.

Podrá parecer que un 99,99% de eficacia en la eliminación de los microorganismos sea lo indicado, pues no parece ser una diferencia grande, pero esta variación ya representa una posibilidad de infección a quien utiliza los aseos. Solamente un “9” más significa una gran diferencia cuando hablamos de microorganismos.

Así el responsable al contratar un servicio que gestione la recogida de compresas y tampones del edificio, deberá pensar en contratar una solución que realmente proteja a sus empleados o compañeros.

A veces la solución que parece más económica puede resultar cara, porque no se está haciendo lo que se debería hacer; y se paga (por poco que sea) por un tratamiento que no está siendo eficaz, poniendo así en riesgo la salud de las personas y exponiéndolas a posibles enfermedades peligrosas.