limpìezas 116

AÜRT Consultoría formación Un suelo con tráfico intenso, que recris- talizamos mensual o bimensualmente, se debería decapar una vez al año, aunque, por motivos de presupuesto y debido al alto coste de esta operación, en la práctica no se suelen decapar más que la primera vez que comenza- mos un tratamiento nuevo. Cuando una empresa de servicios cap- ta un nuevo centro cuyo pavimento ha sido tratado por otra empresa, debe comprobar la compatibilidad de sus productos con los utilizados anterior- mente. Si el pavimento ha recibido un tratamiento correcto y su aspecto es bueno, se puede recristalizar el suelo, ahorrándose el procedimiento de de- capado. Pero puede darse el caso de que el cristalizador de la empresa no sea compatible con el anterior, en cuyo caso habrá que decaparlo. … El cristalizado. Es un proceso lento que consiste en una reacción química fruto de la combinación de varios elementos y factores: la calcita que encontramos en este tipo de suelos, la lana de acero que actúa como catalizador de la re- acción, el fluosilicato que incorpora el cristalizador y el calor resultante de la fricción que producimos con la máqui- na. El resultado de esta reacción quí- mica es una película de mineral imper- meable de aspecto brillante. Sobre el suelo previamente decapado, limpio y seco, debemos aplicar dos o más capas de cristalizador, dotando la rotativa (de 175-200 r.p.m.) de lana de acero. Utilizaremos lana de acero del nú- mero 1 o del número 2 para las primeras manos, en función del estado del suelo (cuanto más deterioro, mayor grosor de la lana). Una vez hemos aplicado las dos primeras manos, podemos continuar con lana más fina, si pretendemos un brillo más intenso (nº 0-0000). Las pasadas deben de ser lentas y en sentido cruza- do, para lograr un resultado homogéneo y sin trazos. Trabajaremos en zonas de aproximadamente 2 x 2 metros, pulveri- zando el producto y trabajándolo hasta secarlo por completo. Es importante vi- gilar la saturación de la lana de acero, volteándola y cambiándola cuando sea necesario. Cuando trabajemos con la máquina cerca de paredes y zócalos, mantendremos una distancia de unos 30 cm en la primera mano, reduciéndola en las posteriores. La máquina puede reali- zar su función hasta una distancia deter- minada del zócalo, por lo que tendremos que actuar manualmente en las zonas más próximas a paredes y en los rinco- nes. Un buen profesional evitará salpicar paredes y mobiliario con el cristalizador. Para ello podemos aplicar las siguientes precauciones: …… Cerca de paredes y mobiliario, traba- jar en sentido derecha a izquierda. …… Proteger con plástico o cartón las zo- nas susceptibles de ser salpicadas. …… Verter el cristalizador pulverizado y no en ‘charquitos’. T ratamientos especiales de suelos cristalizables … El rebajado. Cuando se instala un suelo, es muy difícil hacer que las juntas de las davía conserva parte de la cristalización anterior. Esto supone que conseguiremos un nivel de brillo aceptable con cierta rapidez, siendo suficiente una mano de cristalizador. Su función es la de restable- cer la protección e impermeabilización del suelo, en aquellas zonas de mayor desgaste, homogeneizando el nivel de brillo. Para realizar esta función el suelo debe de estar previamente limpio y seco. La frecuencia puede oscilar desde quincenal, en las áreas de entrada de un gran centro comercial, hasta semestral, para zonas de menor tráfico, o bianual, en un piso de uso particular. T ratamientos de base de suelos cristalizables El tratamiento de base tiene varias fun- ciones: impermeabilizar el suelo para evitar que penetren en su poro líquidos y otros elementos, dar al suelo un aspecto brillante y uniforme y facilitar su limpieza y mantenimiento periódicos. Un buen tratamiento de base es la cla- ve para ejercer con rapidez y comodidad las acciones descritas anteriormente. Así pues, veamos cómo realizar un trata- miento de base para suelos cristalizables: … El decapado de suelos cristalizables: consiste en la eliminación total de trata- mientos anteriores, dejando el suelo en su estado original. Debemos decapar el suelo cuando el tratamiento perió- dico ya no responde adecuadamente, cuando el color ha variado considera- blemente debido al uso continuado de productos químicos de limpieza que se van acumulando en él. El procedimien- to a seguir sería el siguiente: 1 Extender el decapante diluido en abundancia, dejando actuar unos minutos. 2 Frotar con rotativa dotada de disco marrón o negro. 3 Enjuagar con abundante agua y re- coger con aspirador. Junio 2015 / Limpie Z as 107

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