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con Firma Síguenos: Llevamos la higiene a otro nivel. www.cannonhygiene.es 902 195 834 § SERVICIOS DE: Higiene Control de Plagas 51 Junio 2015 / Limpie Z as Estas reflexiones que son válidas para muchos produc- tos y/o procesos químicos, son particularmente aplica- bles a la industria de los detergentes. A portación a la calidad de vida La tecnología de los detergentes creció paralela a la de las máquinas de lavar, en las que hubo que buscar una potenciación de las propiedades de los detergentes, tanto para el lavado de textiles (lavadoras), como de superficies (lavaplatos). Los factores temperatura, tiempo, cinética de calefacción, acción mecánica sobre el textil o sobre el sustrato de vidrio, metálico o de porcelana, tuvieron que ser estudiados para cada fibra y para cada superficie en particular, y el detergente, además, tenía que corregir el efecto de la distinta dureza del agua y de mantener la su- ciedad en suspensión. Es a partir de entonces cuando se puede decir que la aportación del detergente y de la má- quina de lavar a la calidad de vida fue tan valiosa, si cabe, como la que hizo el jabón a la higiene de la humanidad. La investigación en el campo de la detergencia consi- guió un producto potente que, utilizado con una máquina adecuada, evita un gran esfuerzo manual y permite que la persona que lo utiliza pueda disponer de un elevado número de horas aplicables a labores más gratificantes. Quizá esas horas utilizables, que la existencia de los de- tergentes ofrece, han contribuido grandemente, junto con otros factores, a la posibilidad de realizarse en activida- des familiares y sociales, lo que obviamente redunda en su calidad de vida y en una mejora del nivel cultural de las familias. A veces ocurre que solemos desdeñar ciertos practicis- mos sin darnos cuenta que son el cúmulo de la expe- riencia de mucha gente durante muchos años, y se ha de estudiar en cada caso, pues a veces encierran más ciencia de la que a primera vista parece. Curiosamente el lavado tradicional en un río, por ejemplo, ya implicaba la acumulación de experiencias prácticas que, a veces, sin saber por qué, permitían desarrollar unos fenómenos de detergencia que, analizados, permiten valorar cuánta cantidad de química comportaba, aunque quizá no inter- pretada. Por ejemplo: a La gran dilución acuosa que se utilizaba permitía la no redeposición de la suciedad en el tejido, como conse- cuencia de que la emulsión suciedad-jabón se alejaba con el curso del agua; los jabones per se poseen un alto poder de antirredeposición en aguas no muy duras, distinguiéndose en este aspecto fundamentalmente de

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