España sufre una plaga de mosca negra

Mosca negra, plaga
ANECPLA

Las altas temperaturas actuales son un buen caldo de cultivo para la proliferación desmedida de una especie de insecto: la mosca negra. La peculiaridad de este simúlido de apenas 6 mm. de longitud es que no pica, muerde. Su mordedura rasga la piel y es extremadamente dolorosa. En grupo, este insecto pequeño pero muy agresivo puede llegar a matar a ratones o pájaros. Y en el caso de las personas, su ataque suele provocar hinchazón y heridas que pueden llegar a durar más de una semana. Además, en ocasiones sus mordeduras pueden provocar reacciones alérgicas muy llamativas.

Precisamente, sobre los peligros de la mosca negra alerta Sergio Monge, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA): “El problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra. Esto genera una herida de consideración importante que puede dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes. Incluso, en según qué casos, puede llegar incluso a requerir de hospitalización”.

Por este motivo, desde ANECPLA instan a las Administraciones Públicas a tomar medidas de prevención a corto, medio y largo plazo. “Aunar fuerzas desde un punto de vista multisectorial es, también en este ámbito, la única manera de conseguir resultados y evitar en la medida de los posible potenciales efectos adversos que pueden llegar a provocar efectos muy negativos”, apunta Monge.

Potencial vector transmisor de enfermedades

Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor. Esto produce un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras”, explica Monge.

La mosca negra se reproduce en los cauces de los ríos, especialmente en aquellos que se encuentran especialmente limpios. Concretamente, en la vegetación flotante, la cual queda al descubierto cuando el nivel del agua comienza a descender. “No es una especie invasora. La mosca negra es autóctona, pero desde hace varios años se observan picos agresivos en sus ataques a humanos”, explica Monge. Afortunadamente, por el momento, no es vector transmisor de enfermedades. Sin embargo, para el presidente de ANECPLA, “esta situación puede cambiar en cualquier momento”.

La mordida de la mosca negra, muy dolorosa

De pequeño tamaño y color oscuro, la violencia de la picadura de la mosca negra es mucho mayor que la de otros insectos. De hecho, no se trata de una picadura como tal. La mosca negra muerde, provocando un pequeño desgarro en la piel de su víctima. Comienza inoculando una pequeña dosis de anestésico, que le permite morder sin que el individuo afectado se dé cuenta. Su saliva es la que suele provocar fuertes cuadros de alergia y dolores fuertes en la zona. El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón.

Si se sufre la mordedura de la mosca negra es importante no rascarse, ya que puede empeorar la herida y hacer que se infecte. Se recomienda aplicar hielo para bajar la inflamación, o una pomada con un corticoide recomendado por el médico o farmacéutico.

Consejos para evitar la mordedura de la mosca negra

A diferencia de otros insectos voladores, la mosca negra actúa por el día y es capaz de introducirse bajo las prendas y alcanzar la piel para conseguir su propósito. Algunos de los consejos lanzados desde ANECPLA para evitar ser víctima de este insecto este verano son los siguientes:

  • Vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres.
  • Evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a última hora de la tarde.
  • Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo.
  • Evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua.
  • Controlar los desagües.
  • Utilizar repelentes certificados (sobre todo los que contienen citronela).
  • Contactar con profesionales.

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