Juan Antonio Labat Director generalFeique

Feique: “El sector químico español presenta en 2023 múltiples retos, tanto en el contexto nacional como europeo”

A pesar de que el sector de la química había cerrado el año 2021 y arrancado el año 2022 con una tendencia positiva de crecimiento, la coyuntura nacional e internacional (precios energéticos e invasión de Ucrania) ha impactado de lleno dejando un escenario para 2023 lleno de retos. Conversamos con Juan Antonio Labat, director general de FEIQUE sobre esos desafíos que tienen por delante.

¿Cuál es la previsión del sector químico para este año 2023?

El sector químico español (CNAEs 20 y 21) cerró el ejercicio 2022 con un incremento de la cifra de negocios del 16,3 por ciento, hasta los 89.866 millones de euros, por el efecto de los precios. Sin embargo, la producción apenas creció un 0,9 por ciento respecto a 2021, un desplome iniciado en el segundo semestre del año debido, fundamentalmente, al impacto permanente de los altos costes energéticos y la invasión de Ucrania, a pesar de que el año arrancó con la misma tendencia de crecimiento con la que se cerró 2021

En este escenario, además, el sector químico español presenta en 2023 múltiples retos, tanto en el contexto nacional como europeo, en los que Feique seguirá trabajando con las Autoridades competentes.

Los principales retos se centran en estos momentos en cuatro ámbitos: la Reforma del Mercado Eléctrico; el apoyo a los sectores Gasintensivos; el Plan de Apoyo a la inversión Industrial en España y la Unión Europea y, por último, la captura, almacenamiento y uso de CO2 como materia prima.

¿Cómo afectan concretamente a los resultados económicos las dificultades como el precio de la energía o la invasión de Ucrania?

Como decimos el sector químico finalizó el año 2022 con un crecimiento de su producción de apenas un punto, debido a la paulatina desaceleración de su actividad a partir del segundo semestre por el impacto de la invasión de Ucrania y los altos precios energéticos, a pesar del positivo inicio de año.

El comportamiento no fue homogéneo para todo el sector: la química básica, la más afectada por los altos precios de la energía, sufrió una caída de producción del 11,2 por ciento; mientras que la química de la salud y la química de consumo directo (productos de limpieza y perfumería) crecieron entre el 10 y el 6 por ciento.

Es precisamente en la química básica donde reside la gran preocupación del sector. Ésta es la que concentra mayores necesidades energéticas y, por lo tanto, la más afectada por los altos precios. Si bien mantuvo hasta marzo de 2022 un crecimiento productivo positivo, sosteniendo la actividad de manera relativamente sólida hasta mediados de año, a partir del segundo semestre empezó a experimentar reducciones de carga en las plantas y paradas intermitentes en múltiples instalaciones. Esto se debe a no poder trasladar al mercado -con una demanda cada vez más débil- el incremento de los precios energéticos, y particularmente del gas.

¿Cuáles son los resultados del sector en el pasado ejercicio?

La cifra de negocios del sector químico incrementó un 16,3 por ciento, alcanzando casi los 90.000 millones de euros, una cifra récord que no estuvo alineada con el comportamiento de la producción, y que se debió exclusivamente al incremento de los precios de venta, que crecieron un 18,6 por ciento de media como consecuencia de los costes energéticos.

En los mercados exteriores, la cifra de negocios creció un 29,2 por ciento, hasta los 63.626 millones de euros. El sector continúa siendo el principal exportador de la economía española (por CNAE), acumulando el 19,5 por ciento del total de las exportaciones industriales.

Este comportamiento ha llevado al sector a liderar el ránking exportador español por segundo año consecutivo, siendo hoy el primer exportador de la economía (por CNAE): el 19,5 por ciento de las exportaciones industriales son realizadas por el sector químico, seguido por la automoción y el sector alimentario. En cuanto al consumo interno de productos químicos, volvió a acelerarse -nuevamente por el efecto precios- hasta casi 2.000 euros (1.967 euros) por habitante y año.

Por otro parte, el empleo directo del sector químico creció un 12,1 por ciento, hasta los 234.200 asalariados directos. Esta tendencia fue perdiendo fuerza en el tercer y cuarto trimestre en sintonía con la caída de producción.

¿Podría profundizar algo más en los principales retos y prioridades para el sector en el 2023?

Respecto a la Reforma del Mercado Eléctrico, prevemos que 2023 culmine en el rango de 115-120€/MWh a tenor de los precios del primer trimestre y los precios de los futuros actuales, lo que continúa siendo un precio completamente alejado de los costes reales de generación. En 2024, ni a medio ni largo plazo, tampoco se prevé alcanzar precios racionales, lo que sin duda pone de relieve la necesidad de acometer la reforma del mercado y de otros aspectos que afectan a los precios de la electricidad.

En concreto, Feique apuesta por establecer precios regulados y a plazo para la energía nuclear e hidráulica, así como para el conjunto de renovables adscritas al régimen RECORE, lo que en conjunto supondría disponer de 150TWh anuales, volumen equivalente a la totalidad de la demanda de la industria española.

En cuanto al apoyo a los sectores Gasintensivos, el gas ha sido un responsable directo de la compleja situación industrial europea en 2022, tras haber incrementado su precio 9,3 veces respecto a 2019. Dadas las dificultades para intervenir en el mercado del gas, la Comisión ha permitido temporalmente la implantación de ayudas a los diferentes Estados Miembros. Sin embargo, tanto por la cuantía como por el modelo de estas ayudas, España queda muy lejos de la efectividad que estos mecanismos están teniendo en otros países.

Ante esta situación el Gobierno debe establecer un mayor volumen de ayudas directas, ya que las acumuladas hasta la fecha apenas alcanzan los 825 millones de euros. Esa situación contrasta con países como Portugal, que con un nivel de consumo de gas en la industria muy inferior al español, ha otorgado 1.000 millones de euros, o frente a Alemania que ha establecido una cuantía de 25.000 millones de euros.

Además, y para evitar el otorgamiento de las ayudas por sectores, que puede generar discriminaciones indeseables, sería conveniente que pudieran acceder a las mismas cualquier empresa con un consumo relativo o absoluto relevante, independientemente de su CNAE. Esto garantizaría que las ayudas alcanzasen a quien realmente las necesitase.

Sobre el Plan de Apoyo a la Inversión Industrial en España y la Unión Europea, la Comisión Europea ha anunciado recientemente el GDIP (Green Deal Industrial Plan) como respuesta a la Inflaction Reduction Act (IRA), iniciada por la Administración Biden en agosto de 2022, que comprometerá un gasto de 437.000 millones de dólares en los próximos 10 años en EE.UU, de los cuales 369.000 se concentrarán en un programa de acción climática mediante créditos fiscales y ayudas directas. Esto influirá de manera clara en las decisiones de inversión de los principales sectores industriales de alta intensidad poniendo en riesgo, tanto las futuras inversiones, como la continuidad de las cadenas de suministro.

Si bien el sector químico valora positivamente la intención del GDIP, considera que puede ser más ambicioso incorporando reformas claras que doten de mayor competitividad a la industria europea.

En el ámbito nacional, hay algunas medidas prioritarias para que el PERTE de Descarbonización de la Industria sea verdaderamente eficaz. Por ejemplo, asegurar plazos realistas para la ejecución de los proyectos; acelerar al máximo las convocatorias y agilizar resoluciones para permitir el inicio de los proyectos a la mayor brevedad; evitar efectos indeseados del Criterio DNSH para esquivar obstáculos que restarían oportunidades de avance; aumentar el nivel de subvención y límite general de ayuda por empresa para lo que el decreto y la convocatoria deben ser claros respecto a las actividades elegibles y los límites subvencionables; obtención acelerada de modificaciones de AAIs y asegurar que las simplificaciones de procedimientos comprometan también a las administraciones territoriales; sistema de adjudicación equitativo y eficiente; financiar la formación y mejora de capacidades; admitir como costes elegibles los de naturaleza indirecta y determinar un sencillo método de justificación….

Por último, la captura, almacenamiento y uso de CO2 como materia prima. Tanto la Comisión como el Parlamento Europeo han reconocido que no será posible alcanzar los objetivos de neutralidad de emisiones en 2050 sin las tecnologías de Captura, Almacenamiento y Usos del CO2 (CAUC). Esta es la única alternativa tecnológica que permite la retirada de CO2 de la atmósfera por vía directa o indirecta y la contribución a la reducción de emisiones en sectores con emisiones de proceso difíciles de evitar como es el caso de la química.

En el caso particular de la Química, al menos el 20 por ciento del carbono utilizado en los productos químicos y materias primas plásticas debe proceder de fuentes no fósiles sostenibles de aquí a 2030. Los países del Norte de Europa ya están apostando netamente por las tecnologías CAUC poniendo en marcha proyectos nivel país con financiación del Estado.