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Garantizar la seguridad tras una desinfección mediante nebulización

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Los procedimientos de descontaminación con peróxido de hidrógeno mediante nebulización  están de plena actualidad pero es muy importante garantizar la seguridad tras una desinfección mediante nebulización tanto del personal como de los clientes.

La limpieza y descontaminación del ambiente son cruciales para la prevención y el control de infecciones dentro de los hospitales y centros de salud. Patógenos como el Coronavirus, pueden ser transmitidos fácilmente de pacientes infectados por contaminación cruzada pudiendo incluso sobrevivir en superficies durante semanas.

Los procedimientos de descontaminación con peróxido de hidrógeno mediante nebulización, por parte de compañías especializadas, son esenciales para desinfectar habitaciones y material, y así ayudar a la prevención y el control de infecciones. Sin embargo, ¿cómo se puede demostrar que estos procesos de descontaminación han sido exitosos? ¿Cómo se puede probar que no queden gases tóxicos, eliminando los graves riesgos para la salud tanto de trabajadores clave como de pacientes?

Peróxido de hidrógeno

El peróxido de hidrógeno (H2O2) es un oxidante extremadamente fuerte, ampliamente utilizado en la descontaminación de instalaciones médicas, educativas y de ocio. Una vez que el vapor entra en contacto con los patógenos, este desestabiliza cualquier molécula destruyendo su ADN.

El último brote de SARS, en 2003, se extinguió con éxito con peróxido de hidrógeno al 35%. Aunque otros gases pueden eliminar dicho virus, esta fuerte mezcla de H2O y O2 se ha mostrado como la más efectiva hasta la fecha, en comparación con otros agentes oxidantes y alquilantes alternativos.

Muchas instalaciones emplean material o disponen de áreas que requieren de una continua esterilización o una descontaminación frecuente, para lo que utilizan peróxido de hidrógeno debido a su elevada efectividad para eliminar bacterias y microbios. Sin embargo, el peróxido de hidrógeno también es un fuerte oxidante peligroso para todas las células vivas.

La descontaminación de un área debe ser un ejercicio bien calculado ya que si hubiera debilidades en la planificación de esta importante tarea, los riesgos de tener una habitación «sucia» después de la limpieza pueden provocar la infección tanto de pacientes como del personal sanitario.

La única forma de garantizar la seguridad del personal y los pacientes es monitorizar y alertar cuando los niveles de H2O2 no son suficientemente elevados para asegurar la correcta descontaminación, así como de alertar de los niveles de toxicidad a la hora de reingresar en las habitaciones. Para ello es necesario disponer de sistemas de detección fijos y/o portátiles que empleen sensores de peróxido de hidrógeno fiables y precisos.

Descontaminación profunda – eficacia y seguridad del personal

Al descontaminar material, superficies y ambiente, es crucial comprender que el proceso ha sido un éxito. El sector médico utiliza un nivel de desinfección de 6 reducciones logarítmicas para denotar un proceso de esterilización altamente eficiente. Lograr esta esterilización minimiza el efecto de cualquier brote, ya sea coronavirus, MRSA, estafilococo epidermidis, infección por CRE, norovirus o cualquier otra superbacteria.

Seguridad tras una desinfección mediante nebulización.

Lograr el nivel de garantía de esterilidad requerido de 6 log requiere utilizar agentes oxidantes fuertes que a su vez son perjudiciales para la salud de los seres humanos en caso de contacto o inhalación. Es por tanto vital que el personal sepa que se han alcanzado las concentraciones cruciales de H2O2 durante el período correcto, a fin de determinar la eficacia del proceso de descontaminación. Es igualmente importante saber cuándo los elevados niveles de H202 han caído a un nivel seguro para permitir el reingreso a la habitación. La manera más fiable de demostrar todo esto es mediante el empleo de instrumentación que permita monitorizar la concentración del H2O2 gas de manera precisa como parte de los Programas de Control de Calidad.

Para garantizar la seguridad tras una desinfección mediante nebulización la monitorización en continuo de los niveles de H2O2 permite a los centros de salud validar que los niveles de vapor en el aire que se respira son seguros. Los datos de monitorización pueden ser también utilizados para demostrar y probar que el personal y los pacientes no están en riesgo cuando trabajan en estas áreas potencialmente peligrosas.

ATi, representada en España por Mejoras Energéticas, es de las únicas compañías en el mundo especializadas en la fabricación de sensores de gas que dispone de un sensor de H202 preciso y fiable que puede ser empleado para proteger al personal en los procesos de descontaminación.