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Limpie

Z

as

/

Abril 2017

60

Limpieza

y su ámbito

FACILITY M&S

Claves para una buena

externalización de

servicios en FM

D

avid

M

artínez

CEO & G

lobal

D

irector

de

FMHOUSE

E

s importante iniciar este ar-

tículo recordando que la ex-

ternalización de servicios no

es hacer FM. El contratar a un

agente externo para que se encargue

de una necesidad que no se puede ha-

cer internamente, sucede hace muchos

años, incluso que un proveedor lleve

varios servicios también se ha estado

haciendo y se llama multiservicios,

pero no con ello se profesionaliza la

actividad. Para hacer FM es necesario

que cambien algunas cosas, siendo la

primera y fundamental, que se moder-

nice la forma en la que se definen las

necesidades, pasando de un pliego tra-

dicional a lo que denominamos un nivel

de servicio. A este se le podrá dotar de

una mayor transferencia de riesgo, ase-

gurándose el dinamismo y la capacidad

de adaptarse a los cambios de requisi-

tos de la empresa, también cambiará la

forma en la que se retribuye el servicio,

y otro factor importante -y que es lo que

nos ocupa- es la relación que se esta-

blece entre cliente y proveedor.

Aunque existen muchos aspectos que

pueden intervenir en el éxito de una

buena relación a la hora de externalizar

servicios de FM, en este artículo vamos

a tratar uno de los más relevantes y que

condiciona el proceso porque impacta

en todo el ciclo, y es cómo se origina

la relación.

Vamos a pensar en las partes que

intervienen al más alto nivel en ese

proceso de contratación. Por un lado

tenemos el cliente, que será el receptor

del servicio y que necesita satisfacer

una necesidad. Si se trata de algo ope-

rativo, lo más probable es que no sea

capaz de hacerlo de forma interna, por

lo que tendrá que solicitarlo a una em-

presa externa. Aquí es donde aparece

ese proveedor de servicios, que será el

encargado de dotar de los recursos ne-

cesarios para satisfacer esa necesidad

de la empresa cliente.

Al analizar la relación que existe entre

las dos empresas, aparecen los interlo-

cutores que son quienes realmente esta-

blecen esa conversación. No olvidemos

que las empresas como tal no hablan,

los que conversan son personas. En este

punto tendremos por parte del cliente, a

la persona encargada de llevar a cabo

esa contratación y que establecerá una

relación con la persona encargada de

hacer la venta por parte del proveedor.

En este momento, sus objetivos son cla-

ros y sencillos: por un lado, el cliente

quiere comprar y, por otro, el proveedor

quiere vender. Los condicionantes de

cada uno serán seguramente, por parte

del que contrata, hacerlo al menor cos-

te y, por parte del que vende, cerrarlo a

cualquier precio.

Aquí es necesario entender qué mueve

(normalmente) el trabajo de estas perso-

nas; el proveedor va a cobrar en función

de lo que venda y el comprador en fun-

ción de lo que ahorre sobre un precio

inicial. Rara vez estarán involucrados, ni

en la satisfacción del servicio, ni en lo

que pase una vez firmado el acuerdo. Su

implicación en este punto hace que el

futuro de la relación no esté realmente

dentro de ninguno de estos dos perfiles.

El comprador hablará internamente

con los usuarios o demandantes del

servicio para establecer el alcance de lo

que se pide, y el comercial del proveedor

con su equipo de ofertas, para que pre-

paren la propuesta que pueda satisfacer

aquello que se está solicitando por parte

del cliente, pero la relación sigue siendo

entre ellos, de forma más o menos priva-

da. Ellos son quienes deciden y tienen la

capacidad de ajustar sus posturas. Aun-

que es muy difícil y no se puede genera-

lizar, seguro que todos conocemos varios

ejemplos de estas situaciones, ya que es

lo que sucede la mayoría de la ocasio-