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Limpie

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Abril 2017

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Limpieza

y su ámbito

nes. Transcurrido cierto tiempo, y con la

intervención de alguien del departamento

Legal, que tiene otros intereses distintos a

ellos, aparecen con el contrato firmado,

así que puede empezar la relación.

En este momento, se llama a los res-

ponsables de la operación para que se

hagan cargo. Por el lado del proveedor,

este vendedor le pasará el contrato firma-

do con el alcance final acordado al equi-

po de operaciones, que será el responsa-

ble de cumplirlo y al precio acordado. Por

otro lado, dentro del cliente, los respon-

sables de coordinar el servicio reciben el

acuerdo con lo que van a recibir. En este

momento surge la sorpresa y las dudas

en preguntas como “

esto no se puede

hacer por este coste

”, dicen los provee-

dores; o “

esto no es lo que he pedido o no

es suficiente

”, dice el cliente. Parece un

matrimonio concertado, donde las partes

no se conocen, pero a sus padres les inte-

resa que se entiendan. En el esquema se

ve ese interrogante cuando las partes se

encuentran en la fase de operación.

Ahí es donde comienza un ajuste, a

base de buenas voluntades entre las

partes, que puede llegar a buen término

o no. Ese documento que establece la

relación tiene carácter contractual, pero

el objetivo es satisfacer las necesidades

de los usuarios, siendo rentable para la

provisión. Por ello se empiezan a hacer

interpretaciones, concesiones y cam-

bio de cromos, intentando alcanzar un

consenso más o menos favorable para

ambos. Esto puede suceder en nuestro

mercado ‘latino mediterraneo’ donde

somos realmente flexibles y nos podem-

os adaptar, en otros países sería impen-

sable; allí no se hace nada fuera de con-

trato, y se respeta escrupulosamente su

enunciado.

No se puede evaluar lo que se recibe,

ya que no existe una base escrita para

ello, porque simplemente no se sigue y

el riesgo de que cualquiera de las par-

tes acuda al contrato cuando haya in-

conformidades es alto y con un impacto

conocido, pero esta situación puede em-

peorar. Cuando a los responsables de

la operación dentro del cliente, es decir

el departamento de FM, les exijan los

ahorros a satisfacciones que se han de-

mandado, y al de operaciones, por parte

del proveedor, le exijan la rentabilidad de

un contrato que se inicia con pérdidas,

el futuro se puede adivinar, sin mucho

riesgo a equivocarse.

Si en el proceso de externalización se

hubieran tenido en cuenta los condicio-

nantes de los actores responsables de la

operación en las fases de contratación, la

relación sería muy distinta. Lo que sucede

en realidad es que los intereses de estos

actores, que sí intervienen en las fases

iniciales, no tienen ningún tipo de rel-

ación sobre lo que suceda después, pero

eso impacta en el futuro de la relación.

Sin buenos proveedores de FM, que

entiendan las particularidades de los

contratos y que se comprometan a sat-

isfacer esas necesidades, nuestra profe-

sión desaparecerá. Las organizaciones

son cada vez menos capaces y es me-

nos rentable cubrir sus necesidades con

personal propio, por lo que la tendencia

es claramente hacia la externalización,

pero se debe asegurar que se profe-

sionaliza usando modelos de FM. Esto

es labor de todos, incluidos también los

clientes, que deben asegurar que se es-

tablecen unas relaciones sanas y donde

los intereses de todas las partes se plas-

man en los contratos.

Este compromiso debe aparecer entre

los responsables de comprar y de vend-

er, que deben entender y se deben impli-

car en la operación futura, que a fin de

cuentas es para lo que se contrata ese

servicio en FM.

Las organizaciones son cada vez menos

capaces y es menos rentable cubrir sus

necesidades con personal propio, por lo

que la tendencia es claramente hacia la

externalización

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